lunes, 27 de septiembre de 2010

Otro añito más

Toda la semana pasada estuvimos pendientes del pronóstico del tiempo para este sábado. La razón, un evento muy importante: el cumpleaños de Vir. Tuvimos suerte, y el día fue soleado, así que lo celebramos de la mejor forma posible en Sidney: haciendo una barbacoa en la playa.
Por supuesto había que darle un toque español, así que preparamos unas tortillas y unas empanadas. El resto del menú: ensalada, brochetas de verduras, y carnaza para la barbacoa. Como os podéis imaginar, nos pusimos las botas.


Ya lo hemos comentado en alguna otra ocasión, y es que aquí hay barbacoas en casi cualquier espacio público. Son eléctricas y normalmente gratuitas. Lo único que hay que hacer es pulsar un botón, poner la carne encima, y salivar mientras se va haciendo...

En esta ocasión, fuimos a la playa de Bronte, que es una de mis favoritas. Tiene una amplia zona de barbacoas, y mucho césped para tirarse a la bartola...


Volviendo al cumpleaños, creo que Vir no se puede quejar. Asistieron todos nuestros amigos más cercanos, y lo pasamos en grande.



Y por supuesto, ¡hubo regalos! Vir siempre ha mostrado su predilección por la fotografía, así que a parte de los típico regalos, la cayeron 2 libracos para aprender fotografía.

Y por supuesto, también la tocó una cámara nueva para que pusiera en práctica lo que viene en los libros...

Sólo que no era la cámara que ella esperaba :-)

En fin, la dejaremos para el año que viene :P

viernes, 24 de septiembre de 2010

Diferencias culturales

Creo que lo he dicho ya muchas veces, pero Sidney, gracias a su multiculturalidad, reune gente de todo el mundo. Y es por eso en nuestra lista de amigos y conocidos, hay más gente extranjera que australiana.
Lo bueno de esto es aprender sobre otras culturas. No hay mucha diferencia entre nuestros amigos italianos, colombianos, brasileños o latinos en general, pero sí que la hay cuando llegas a Asia.
El otro día fuimos a cenar a casa de una amiga india que conocí cuando era voluntaria. Cada vez va habiendo más confianza y después de un año y medio le preguntamos a ella y a su marido cómo se conocieron. Aún sabiendo lo normal que es en algunos países los matrimonios concertados, pensamos que en su caso, con su vida en India similar a la nuestra en España, sería distinto, pero no, sus padres decidieron su matrimonio. De hecho ellos dos se conocieron dos meses antes de casarse y no se volvieron a ver hasta el día de la boda.
Para ellos es lo más normal del mundo, pero a nosotros nos choca bastante, aunque claro, a ellos les choca que nosotros no estemos casados y vivamos juntos y que nuestras familias no digan nada...
Lo bueno es que se llevan bastante bien, por lo que parece...
Le preguntamos a él que qué pasa si no se hubieran gustado en la primera cita y él nos dijo que lo habitual en India en estos tiempos es que se tenga derecho a rechazar. Él rechazó a varias chicas antes que a ella.
Pero en tan poco tiempo, ¿cómo es posible decidir? La primera impresión más importante que nunca... y me imagino que el físico debe contar mucho... En eso estoy segura que Sweta era de las mejores (en la foto), y por suerte él pudo darse cuenta después de el resto de cosas buenas que tiene como persona.
Ahora bien, no pregunté si la mujer también tiene la opción de rechazar.
Por lo visto, para que haya divorcio tiene que haber una buena causa y a ser posible con el consentimiento de las dos familias, pero esto es algo nuevo porque el divorcio no solía existir.
La forma en que funciona es Networking, los padres dicen que tienen un hijo o hija en edad de casarse y preguntan a todos sus conocidos que si conocen de algunos padres en su misma situación. Y así se conocieron, y así están intentando casar a su hermano. De hecho había una fecha de boda, pero aún no se sabe con quién.
Las bodas duran 3 días y los padres gastan sus ahorros en ellas. Por lo que vimos en las fotos de la suya, sería toda una experiencia asistir a una.
Pero esta historia es más o menos feliz, me imagino que habrá muchos dramas detrás de otras muchas y no voy a entrar en lo que todos hemos podido leer sobre otros países en los que ocurren verdaderas atrocidades.
Pero sí contaré la historia de otra chica que estudiaba conmigo. Ella era nepalí y tenía la obligación de casarse cuando volviera con un chico al que odiaba. En este caso, ella no pensaba que le quedara opción a no ser que decidiera quedarse aquí para siempre, con el coste de no ver nunca más a su familia.
Me contó que donde ella vive, se crean comunidades de familias donde todos los miembros cuidan de todos. El problema en este caso, es que si por ejemplo ella quisiera oponerse a casarse con su prometido, toda la sociedad la expulsaría y tendría que cambiarse de zona, puesto que la vida sería imposible allí. Incluso la familia la rechazaría. ¿Y qué hace una mujer sóla en una cultura así?
Cualquier relación fuera del matrimonio es castigada con expulsión. Incluso me dijo que dar un beso en la mejilla es bastante serio, y en una pareja de novios pueden pasar hasta dos años hasta que eso pasa.
También me contó que algunas de sus amigas se habían suicidado y que el índice de suicidio de mujeres en Nepal es muy alto porque la vida allí se hace imposible para muchas de ellas.
Pese a todo, sus inicios en Sidney fueron muy difíciles. Según decía la sociedad era tan abierta que hasta le incomodaba y que incluso ver a una chica en minifalda, le avergonzaba.
Al menos esta historia también acaba feliz (hasta el momento), porque a pesar de venir obligada para conseguir dinero para los estudios de medicina de su hermano y su negro futuro, ha terminado por adaptarse a la vida aquí y disfrutar de su libertad, y creo que decidirá quedarse, aunque el otro día volvió a Nepal y a saber si la dejan volverse...

domingo, 12 de septiembre de 2010

Palm Beach

El sábado fuimos de excursión a la que llaman la mejor playa de Sydney, a parte de la famosa y concurrida Bondi. Aunque la llamen mejor playa de Sydney, está a hora y media del centro.
Pero sí, es bonita, no por la playa en sí, que no hace falta irse lejos, para encontrarte lugares así, sino por el entorno en el que está situada. Se encuentra en el último barrio de Sydney en la parte norte, y es una especie de península en la que por un lado está la playa, y por el otro la ría, por lo que por un lado encuentras olas para surfear y por otro una playita tranquila llena de barquitos de vela.
Es uno de los "debes hacer" como visita turística, y si se tiene tiempo, merece la pena, lo que no sé es por qué hemos tardado un año y siete meses en ir, y eso que mi viaje al trabajo se queda en 20 minutos antes!
Pues bien, fuimos con unos amigos, hicimos picnic y luego subimos al faro, después de unas cuantas escaleras y gotas de sudor.
Y al anochecer, a tomar algo en una terracita con vistas a la ría.
Nuestro primer día de playa de la temporada fue bastante bueno, aunque nos faltó haber preparado una barbacoa.
A la noche teníamos varios planes, pero después de la caminata, del madrugón ( a las 8.30 un sábado!) y de la quemazón de la cara, optamos por no seguir más allá de nuestra cena con Rogelio y Natalia, una pareja que nos han conocido a través del blog y que ya tengo el gusto de escribir sobre ellos.
Y el domingo, a estornudar, que aquí es primavera y Luisma lo lleva un poco mal. Tanto que los domingos se han convertido en el día de la nariz roja y los ojos llorosos.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Alta Sociedad

Ayer nos surgió un plan de lo más inexperado. Estaba eliminando el spam del correo de la empresa y me encontré una invitación a una cata de vinos. Le dije a mi compañera que si quería ir, bromeando, y me dijo que fuera yo, también bromeando. Justo antes de mandar el email a la papelera, lo miré por curiosidad y resulta que era un evento en un concesionario de coches de lujo, donde iba a haber cata de vinos, unos monologos, rifas solidarias y exposición de Ferraris, Maserattis, Porches...ya habíamos visto algo parecido cuando vivíamos por la zona (por lo visto, es una vez al mes), así que le dije a Luisma que si ibamos, para ver qué se cocía.
Y fuimos, pensando que a lo mejor nos intentarían vender enciclopedias, o lo que es peor, coches de lujo...pero cuando entramos, la gente no parecía querer venderte nada. Estaba ahí la alta sociedad de Sydney, en la que muchos se conocían e iban bien peripuestos. Y nosotros ahí con nuestros vaqueros, recién llegados de trabajar.
Cuando entramos, lo primero que encontramos fue una mesa donde regalaban puros cubanos, con la opción de encenderlo si querías fumarlo. Al lado dos señoritas muy bien arregladas que me dieron un vale de 15 dolares para comprar en la tienda de moda que había diseñado la ropa que llevaban. No sé qué podre conseguir con esos 15 dolares, a lo mejor el puño de alguna camisa.
Y después había hileras de copas de vino de todas clases, que nada tenían que ver a los que estamos acostumbrados...Estaban bastante buenos, pero más que una cata eran copazos...Vamos que con dolor, lo teniamos que tirar si queríamos probarlos todos, que si no, ibamos a acabar mu malitos.
A parte de eso, subastaban joyas, cuadros, reliquias firmadas, como por ejemplo dos pelotas de tenis firmadas por Nadal y Fererer con su respectiva foto...
Y por último, la exhibición de coches que nunca tendremos, y que tampoco necesitamos, pero aún así nos "probamos", pero es que a mi tener que entrar en un coche medio tumbao, pues no me gusta...
Lo mejor de todo, fue ver los caretos de algunas, operadas de pies a cabeza y colgadas del brazo de algún ricachón. Y lo peor, escuchar el monólogo de un cómico sin gracia (al menos para nosotros).
Ah! y se me olvidaba, lo que más gorroneamos fue queso, que también daban a probar y estaba buenísimo. Igual eramos los que menos pasta teníamos de todos, pero fuimos los únicos que al final compramos. Los demás se habrían quedado sin calderilla después de haberse comprado el Ferrari.
En fin, que voy a empezar a mirarme más lo que llega de spam a la empresa, que puede que el mes que viene, nos presentemos otra vez...