sábado, 18 de febrero de 2012

Nueva sección de contactos

¡Estamos de estreno! Hoy inauguramos una nueva sección de contactos, pero no de los guarretes, ¡eh!
Muchas veces recibimos comentarios en las entradas del blog de gente que quiere contactar con nosotros y no sabe como. Así que, después de mucho trabajo y arduas deliberaciones, hemos decidido solucionar el problema, y nos hemos creado una cuenta de correo pública:


P.D.: Por favor, no nos enviéis cadenitas chorras :P

miércoles, 15 de febrero de 2012

Las fiestas de Sydney


Las fiestas de Sydney son completamente distintas a las de cualquier ciudad o pueblo de España. Para empezar, no ponen las típicas atracciones de feria con la canción del verano, tampoco hay tómbolas, ni chiringuitos con kalimotxo ni bocata de chorizo, ni peñas con el pañuelo atado al cuello y su cubo de basura lleno de bebida, y por supuesto no hay encierros, ni vaquilla, ni se maltrata a ningún tipo de animal ni persona.
Las fiestas de Sydney consisten en actuaciones de música, pero no como la Orquesta Paradise u otro tipo de bandas con el mismo repertorio año tras año. Aquí no se lleva bailar ni paquito chocolatero ni nada, aquí la gente ve los conciertos sentados. Normalmente las actuaciones importantes son en El Domain, un parque con muy buenas vistas a la ciudad y donde lo más popular es ir horas antes para pillar un buen sitio con la cestita de picnic, la silla de pescador y el mantel de cuadros.

Aquí el alcohol está prohibido en la calle, pero prohibido de verdad, a no ser que lo compres en el recinto, en vaso de plástico, no te vayas a calentar y se lo vayas a estampar a alguien en la cabeza. Y es que algunos australianos son como los Gremlis, si les das de beber después de media noche, se convierten en monstruos.

La verdad es que como cuento todo suena muuuuuy aburrido, pero aunque pienso que las fiestas de hasta el pueblo más pequeño de España rebosan más alegría que las de Sydney, hay conciertos bastante buenos. Por ejemplo, suelen hacer conciertos de música clásica u ópera en el parque y sólo escuchar el eco de los violines, las voces u otros instrumentos en la oscuridad con cientos de personas en silencio, merece la pena.

Por otro lado, vienen artistas bastante conocidos, y este año, por una vez, hemos visto a gente brincando y bailando. La estrella: Manu Chao, que vino a inaugurar las fiestas, pero a cantar, no a dar el pregón. Quizás ha sido el único de la historia en levantar a la gente del cesped, pero es que también el 90% eran de alma y sangre latina, nunca he escuchado tanto español junto de España y de Sudamérica desde que llegamos hace tres años.

También hay muchas actividades culturales, pero no concursos de eructos ni de orejones y cabezones como en Leganés, de donde venimos, sino de exibiciones de arte, que está muy bien y alimenta el conocimiento, pero, seamos sinceros, no es lo mismo...

La verdad es que mirándolo así, no me extraña por qué son tan famosas nuestras tomatinas, san fermines y fallas. Eso sí, hay que decir que esta gente es experta en fuegos artificiales y ya lo demuestran el primer día del año y así siguen cada fiesta y cada sábado en Darling Harbour.